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La conservación de los ecosistemas del distrito de Santa Marta. Por: Abel Rivera García

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Abel Rivera GarciaEl Distrito de Santa Marta ha sido privilegiado por la naturaleza al posicionarlo geográficamente para que su territorio comprendiera áreas marinas del mar Caribe, de la llanura costera y de la Sierra Nevada en todos los pisos altitudinales, siendo recorrida por varios ríos importantes como fuentes de los acueductos distritales y para riego de las plantaciones bananeras del nororiente y para los cultivos de pancoger que surten los mercados populares; por esto nada califica mejor a Santa Marta que llamarla ciudad marinera y serrana.

Esta privilegiada situación geográfica hace que el Distrito de Santa Marta posea todos los ecosistemas tropicales: E. de aguas marinas litorales, bancos coralinos y sus playas, E. de cerros tutelares y de estribaciones con montes y bosques secos o muy secos, E. de llanura con bosque seco tropical, E. de bosques húmedos tropicales, E. de bosques de niebla, E. de paramos y nieves perpetuas, E. de bosques de galería y E. fluviales o de ríos y quebradas. Todos estos ecosistemas poseen características propias de diversidad y abundancias de flora y fauna, asociadas a la existencia de las comunidades humanas de Santa Marta, Taganga, Gaira, Don Jaca, Bonda, Mamatoco, Guachaca, Minca, La Tagua, Don Diego y Buritaca; y con problemáticas y conflictos de uso y aprovechamiento de los recursos naturales.

Es importante señalar que, más del sesenta por ciento (60%) del territorio distrital de Santa Marta corresponde a zonas de reservas naturales protegidas pertenecientes a los Parques Naturales Nacionales Tairona y Sierra Nevada; los cuales son administrados por una entidad administrativa nacional dependiente del Ministerio del Medio Ambiente, conocida por la sigla UAESPNN (Unidad administrativa Especial del Sistema de Parques nacionales Naturales); lo que sumado a las áreas del Resguardo Indígena Kogi-Malayo-Arsario que ocupa aproximadamente el 10% del territorio distrital, y que es administrado por las Autoridades Indígenas y el Ministerio de Gobierno Nacional, nos lleva a concluir que como algo aberrante, la alcaldía distrital de Santa Marta solo tiene jurisdicción política, y por tanto tiene administración y mando en aproximadamente el 30% del Territorio Distrital.

Problemática y propuestas de desarrollo para los ecosistemas de la zona marina y playera

La zona marina y costera del distrito de Santa Marta se extiende desde Palominito (Marquetalia), en los límites con el hermano departamento de la Guajira, bahías y radas del llamado Parque Nacional Tairona hasta las hermosas bahías de Santa Marta, Taganga, El Rodadero, Gaira y Pozos Colorados, Don Jaca y Alcatraces. Hemos identificado una serie de problemas e impactos sobre estos ecosistemas, y al tiempo formulamos políticas, programas y proyectos específicos para solucionar, corregir o mitigar dicha problemática.

En la nueva Administración Distrital, se debe desarrollar como compromiso las siguientes acciones de gobierno:

Restablecer la participación de la administración distrital (alcaldía distrital) en el manejo y control de las áreas correspondientes a los Parques Naturales Nacionales Tayrona y Sierra Nevada, como coadministradores de dichos parques junto con la entidad nacional del Ministerio del Medio Ambiente, las comunidades que deriven servicios y productos ambientales (principalmente recurso hídrico) de estas zonas de reserva y protección, Universidades locales y ONGs ambientalistas. El propósito de esta pretendida participación no es otro que garantizar un eficiente manejo de estos parques nacionales por la conservación de sus recursos naturales y el medio ambiente que hoy en día no vienen siendo suficientemente protegidos por la unidad administrativa del Ministerio, lo cual se refleja en la privatización ora por apropiación predial ora por concesión de la mayor parte de sus playas por parte de grandes empresas turísticas y “personajillos” nacionales, como los casos de la bahías de Concha, Cinto, Palmarito, Neguange, Gairaca y arrecifes; y en general todo el Parque Nacional Tairona ha sido concesionado a una empresa privada. Bien conoce la opinión pública, que se está promoviendo la construcción de hoteles de siete (7) estrellas en el Parque Tairona con inversión extranjera y nacional. Tamaño despropósito, sin lugar a dudas, constituye una serie amenaza de alteración severa y contaminación de esa zona de protección y conservación de invaluables recursos naturales de todos los Colombianos, además de ser una escalada voraz de los privatizadores de esos ecosistemas.

La Alcaldía del Distrito de Santa Marta debe oponerse a todos esos funestos hechos e intentos privatizadores de las reservas ecológicas del distrito. Para lograr este propósito, inicialmente debe promover un Cabildo Popular para canalizar respecto a este tema, las sentidas opiniones populares, de las academias y grupos ambientalistas nacionales e internacionales, y así recabar el interés por este asunto de las administraciones municipales de Riohacha, Dibulla, Valledupar, Ciénaga y otros que comparten áreas de la Sierra Nevada, y de las Entidades Promotoras de la Regionalización Caribe. Sumado a lo anterior, deberá ejecutar programas de control y vigilancia de playas y aguas marinas a través de un grupo de trabajo distrital adscrito al Departamento Administrativo Distrital del Medio Ambiente–DADMA, que debe organizar y llamar “Guardaplayas Comunitarios”, integrado por profesionales del medio ambiente y los recursos naturales y por ciudadanos con un alto sentimiento ambientalista que serán propuestos por las comunidades en donde se presentan problemas del litoral costero. Por medio de este grupo de vigilancia ambiental se desarrollará también proyectos de ordenación costera, conservación de especies marinas (principalmente peces), apoyo y asesoría a los pescadores artesanales para el incremento de la producción pesquera bajo criterios de sostenibilidad ambiental.

Turismo ecológico para todos

En este marco y asumiendo con responsabilidad los posibles impactos ambientales que se generarían, el Parque Nacional Sierra Nevada, no obstante ser una zona de importancia vital para el distrito como fuente hídrica de los acueductos de Santa Marta y Gaira, se puede integrar con un desarrollo turístico ambientalmente sostenible, que contribuya a la generación de ingresos tributarios para el erario distrital, y como fuente de cientos de puestos de trabajo para medianas y pequeñas empresas turísticas de la región, incluyendo a los campesinos del sector de influencia. Por ello, primero que todo, la alcaldía deberá propender porque un buen porcentaje de las tarifas de ingreso y permanencia en los parques nacionales, ingresen a la hacienda distrital; además de construir senderos y refugios ecológicos, impulsando la construcción de un teleférico, en una primera fase hasta cerro Kennedy a 2600 de altura. Claro que es compatible ecoturismo y naturaleza.

De hecho y desde hace varios años, ya los Ministerios de Gobierno, Comercio y Turismo y el mismo Minambiente, vienen desarrollando actividades turísticas en las áreas del Parque Nacional Sierra Nevada en “Ciudad Perdida”, Cerro Kennedy y Zona de Paramos, de espaldas a la administración del Distrito de Santa Marta y de la ciudadanía samaria. Hoy día, los Samarios y colombianos del pueblo no tienen oportunidad de acceder a esos parajes de valores arqueológicos y paisajísticos, y el distrito de Santa Marta no recibe un peso de esos ingresos.

No debe permitir la apropiación de los ecosistemas de aguas marinas, playas nacionales y madreviejas, tanto en la zona del parque Tairona como por fuera de este, por parte de particulares para ningún tipo de desarrollo estructural como edificios, casas, marinas, puertos, etc.; para lo cual haremos cumplir la normativa legal nacional para las aguas litorales, humedales y madreviejas de dominio público, y en especial las establecidas en la ley de Costas (Decreto Ley 2324 de 1984). Particularmente sobre los importantísimos ecosistemas de las madreviejas de los ríos Mendiguaca, Guachaca, Buritaca y Don Diego (los cuales, a pesar de su vital importancia como guarderías de larvas y juveniles de gran variedad de peces y mariscos que sostienen la oferta de productos pesqueros de comercialización local y regional, vienen siendo objeto de intervenciones humanas altamente degradantes para establecer grandes cultivos de banano, viviendas y locales comerciales particulares), desarrollaremos sendos proyectos de delimitación y cerramiento con cercas de alambre de púas, además de la construcción de senderos ecológicos para la vigilancia y observación didáctica de la fauna y flora del entorno estuárico, contando siempre con la participación de las poblaciones cercanas.

La alcaldía distrital deberá trabajar de la mano de los pescadores de Taganga que han venido siendo expulsados de sus caladeros ancestrales de pesca en el Parque Nacional Tayrona para que se respeten sus derechos al trabajo de pescador artesanal y a la subsistencia y vida digna, como derechos fundamentales amparados por la Constitución Nacional Colombiana; los cuales vienen siendo conculcados por las Autoridades del Parque Tayrona con el uso de la fuerza pública representada en los guardacostas de la Dirección Marítima y Portuaria, DIMAR, entidades que vienen sistemáticamente desconociendo la Ley de Pesca Nacional y el Plan de Manejo Ambiental del Parque Tayrona que si permiten la pesca de subsistencia aún en áreas de protección natural, siempre y cuando se respete la normativa pesquera y ambiental del Código de Recursos Naturales (Decreto 2811 de 1974). A través de la sensibilización, la capacitación, la vigilancia y la asistencia social que deberá ofrecer a este colectivo social de pescadores, se podrá erradicar la pesca con métodos y artes ilegales, principalmente con explosivos y dinamita; con lo cual garantizará la preservación de los ecosistemas de corales marinos y manglares como fuente de riqueza y diversidad natural de flora y fauna.

Problemática y propuestas de conservación y desarrollo para los ecosistemas de bosques secos de llanura y montes espinosos de los cerros tutelares

Sobre la llanura costera y sobre los cerros tutelares del distrito se vienen dando procesos urbanísticos no planificados en el POT Distrital, y por tanto informales, para el establecimiento de viviendas precarias y mansiones de ricos, canteras y explotaciones agropecuarias no apropiadas, los cuales han ocasionado serios impactos ambientales sobre el suelo de ladera y los escarpes, de los cerros tutelares de Santa Marta, que han deteriorado severamente los frágiles ecosistemas de los bosques y montes seco tropicales del distrito de Santa Marta, acabando con la cobertura vegetal de especies caducifolias y espinosas en su mayoría, junto con la fauna asociada a estos ecosistemas. Tales procesos degradantes han sido irresponsablemente permitidos por las Administraciones Distritales de por lo menos las cuatro últimas décadas, y como todos habéis apreciado alguna vez, como consecuencia directa de estas actividades degradantes se vienen cotidianamente sucediendo riadas y movimientos en masa de tierra y lodo, principalmente en las épocas de lluvias; lo cual nos explica los cada vez más frecuentes fenómenos como el de la quebrada la Lata, inundaciones de barrios y calles, y taponamientos a la red urbana del alcantarillado distrital, consideradas por todos como reales tragedias para la población de todos los estratos sociales del distrito.

La nueva Administración Distrital, en representación del pueblo samario, deberá desarrollar acciones inmediatas y urgentes para evitar, corregir y mitigar las causas y los impactos o consecuencias que se han derivado y se derivan de las intervenciones degradantes sobre los ecosistemas de llanura costera y bosques y montes secos tropicales, así:

Iniciar un proyecto concertado de saneamiento o liberación de los cerros tutelares de todas las viviendas y estructuras que se encuentren por encima de la cota 40 M.S.N.M.

Para ello, tendrá que desarrollar un ambicioso programa de construcción de nuevos barrios de vivienda popular gratis o subsidiada con financiación de recursos distritales y de la nación; en los cuales reubicar a las familias que hoy forzadas por la pobreza y el desplazamiento vienen ocupando estos importantes ecosistemas.

Continuar con la construcción de la red de alcantarillado pluvial para encausar las aguas lluvias hasta su destino final en el mar Caribe, a través de grandes tuberías y canales cubiertos o abiertos según las necesidades. Para ello, tendrá que desempolvar y poner en ejecución el Estudio Técnico de Alcantarillado Pluvial de Santa Marta que realizó un grupo de consultoría especializado de Cuba en el año de 1997, y que fue financiado por la Alcaldía y la Corpamag.

Problemática y propuestas de conservación y desarrollo para los ecosistemas de bosques húmedos tropicales, bosques de niebla y paramos

El ecosistema de bosque húmedo tropical del distrito de Santa Marta se encuentra localizado en la franja premontana y cuencas medias de la vertiente norte de la Sierra Nevada, entre los ríos Guachaca y Don Diego. Este importante ecosistema de abundante flora y fauna, recibe abundantes precipitaciones que mantienen los caudales medios de los ríos del área antes descrita, y surten de aguas las plantaciones de banano y los acueductos veredales de la región. Con excepción del área que le corresponde al resguardo indígena, se encuentra ocupado por caseríos y grandes plantaciones en su parte baja, y por pequeños y medianos fundos en su partes serranas; cuyas actividades agroindustriales y de subsistencia, han ocasionado severos impactos a los recursos naturales, principalmente por tala de árboles para comercializar maderas y para establecer cultivos limpios. Las rondas hídricas de las fuentes de agua han sido invadidas por viviendas y locales comerciales a manera de balnearios, que vierten aguas servidas sin tratamiento alguno.

La nueva Administración Distrital, debe desarrollar acciones inmediatas y urgentes para evitar, corregir y mitigar las causas y los impactos o consecuencias que se han derivado y se derivan de las intervenciones degradantes sobre estos ecosistemas, ante todo si piensa en los ríos Guachaca, Buritaca, Don Diego y Palomino, como posibles fuentes de agua para nuevos acueductos para Santa Marta. Así pues, deberá:

En coordinación con la Corpamag ejecutar programas de control y vigilancia ambiental, a través del grupo de trabajo distrital adscrito a la Unidad Administrativa Distrital de Asistencia Técnica Agropecuaria y Ambiental–UMATA, que deberá reforzar para hacerla más eficiente, y que estará integrado por profesionales del medio ambiente y los recursos naturales y por ciudadanos con un alto sentimiento ambientalista. Por medio de este grupo de vigilancia ambiental, la alcaldía podrá desarrollar también proyectos de ordenación de cuencas hidrográficas, reforestación, agricultura sostenible y ecológica, conservación de fauna y flora nativa, asistencia técnica agropecuaria para el incremento de la producción agropecuaria y forestal, bajo criterios de sostenibilidad ambiental.

En coordinación con la Corpamag ejecutar programas de reforestación de cuencas con especies nativas y propias de cada nivel altitudinal.

Para ello, previo registro ante el ICA con la opción de percibir los beneficios del Certificado Incentivo Forestal, CIF, deberá impulsar un proyecto de reforestación protector-productor de potreros, áreas erosionadas y con escasa cobertura vegetal, para beneficiar a pequeños y medianos predios campesinos con vocación forestal, teniendo como meta promedio anual la siembra de 100 Hectáreas, para un total de 460 hectáreas durante el periodo de gobierno.

Problemática y propuestas de desarrollo para los ecosistemas fluviales y bosques de galería de ríos y quebradas.

Estos ecosistemas están constituidos por la red fluvial del distrito que baja de la Sierra Nevada y que surte a los acueductos de Santa Marta y los corregimientos, y las llamadas rondas hídricas que se extienden 30 metros a ambos lados de los cauces de ríos y quebradas. Actualmente presentan un grave deterioro ambiental causado por la deforestación de sus riberas para establecer viviendas marginales, locales comerciales y explotaciones agropecuarias; lo cual comporta alteraciones en la calidad de las aguas por vertimientos líquidos contaminantes (aguas servidas). De estos ecosistemas, los correspondientes a los ríos Manzanares, Gaira y Piedra presentan un mayor nivel de degradación en su parte baja, donde discurre por varios kilómetros de su longitud en medio de la ciudad de Santa Marta y Gaira.

La nueva Administración Distrital en representación del pueblo samario, deberá desarrollar acciones inmediatas y urgentes para evitar, corregir y mitigar las causas y los impactos o consecuencias que se han derivado y se derivan de las intervenciones degradantes sobre estos ecosistemas, así:

En coordinación con Corpamag y el Dadma ejecutar programas de reforestación de las rondas hídricas con especies nativas y propias de cada nivel altitudinal.

Para ello, deberá impulsar un proyecto de reforestación con especies protectoras de alto porte en las áreas erosionadas y con escasa cobertura vegetal para beneficiar a pequeños y medianos predios campesinos con vocación forestal, teniendo como meta promedio anual la siembra de 100 Hectáreas, para un total de 460 hectáreas durante el periodo de gobierno.

Hacer de las rondas hídricas del río manzanares, un camellón peatonal arbolado, con senderos adoquinados, bancos y facilidades recreativas para niños, jóvenes y adultos; todo en un ambiente de seguridad policial.

Hacer el saneamiento (léase: despeje de casas, estaderos, cercas) de las riberas de los ríos manzanares y Gaira, quebrada Bachicha y Japón, desde Minca hasta sus desembocaduras, para que sus aguas y belleza ambiental de su cuenca puedan ser disfrutadas por todos los samarios y visitantes sin distinción, ya que son bienes públicos apropiados por avivatos para sus intereses particulares.